Es Tiempo de replantearse.
En este año que termina, es tiempo de soltar amarras...
Aquí dejo todo lo que me hace daño.
Es tiempo de ser más fluido con la gente, Conmigo mismo.
Es momento de dejar ir, de permitir que el viento me despeine y me sacuda;
que se lleve el resentimiento, que mi alma perdone deudas y deudores.
Es tiempo de que me perdone a mí mismo; ya me regañé bastante.
Fueron muchas las piedras que yo mismo puse en mi camino;
los puentes dinamitados por mi propia mano…
Para autocastigo ya estuvo bueno;
En este año que viene, lo que ha de ser, será.
Entiendo que por más que me angustie, no agregaré a mi estatura un codo;
Jesús tenía razón.
Dios no me está juzgando; está muy ocupado haciendo otras cosas.
Así que Por qué habría yo de hacerlo?
Nadie tiene porque ser como yo quiera. Así están perfectos.
Así ha funcionado hasta este momento su vida.
Me dedico a atender lo mío, a refundarme.
De vez en cuando viene a bien tirar lo que ya no sirve, perdonar.
Entre ser feliz y tener razón, elijo lo primero.
Tener la razón es el peor de los desgastes,
pues te quita el sueño intentando corregir al universo.
Es hora de soltar amarras, de confiar más en el Padre
y menos en la apariencia de este mundo convulso.
He estado demasiado ocupado para ver las estrellas,
y no me daba cuenta de que así sostiene Dios al cielo,
con tachuelas de plata, por que el hierro se oxida.
Afortunadamente, Dios me dio la facultad de elegir.
Eso de la omnipotencia me estaba dando gastritis y ahogo ;
De tanto pelear conmigo se me estaba olvidando a que sabe la sonrisa.
Qué lindo es cuando no controlas a nadie, cuando no pides cuentas,
cuando tiras a la basura la bitácora de los rencores.
La mochila la tiré en diciembre pues me estaba torciendo la espalda.
Así que no pienso dispararle a nada.
Así estoy mejor, caminando erguido y a buen paso.
Este año que comienza quiero ser más justo;
la vida no es un tablero de ajedrez ni las personas caballos o alfiles.
Tratare a la gente como me gustaría ser tratado.
Ser honesto se vale.
Si algo nos debemos, te ofrezco un abrazo, te pido una disculpa. Yo ya me perdoné.¿Podrías hacerlo tú también?
Renovación es una palabra muy comprometedora...
¡te obliga a caminar sin excusas!
Sin nadie a quien echarle la culpa de nada.
Es tanto y tanta gente a la que tengo que agradecerle;
a la familia en que dios me puso,
y a la familia que la vida me concede en cada rostro que conozco.
Nada es casualidad, no hay accidentes en el mundo de la voluntad.
Por eso, sea cual sea la razón por la que estás leyendo estas líneas,
y la flojera no te impidió llegar a este párrafo,
elige creer que el universo nos permitió crear este lazo,
Elijo creer que ambos estamos dispuestos
a sembrar más sonrisas
en nosotros mismos y en la gente.!
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